LA RECTITUD Y LA HONESTIDAD
El traje nuevo del emperador es un cuento de hadas danés escrito por Hans Christian Andersen y publicado en 1.837 como parte de Eventyr, Fortalte for Børn
(Cuentos de hadas contados para niños). La metáfora indica una
situación en la que una amplia y usualmente sin poder mayoría de
observadores decide de común acuerdo compartir una ignorancia
colectiva de un hecho obvio, aun cuando individualmente reconozcan lo absurdo de la situación.
El
cuento también se usa en referencia a la “verdad a través de los ojos
de un niño”, la idea de que la verdad a menudo es dicha por gente
demasiado ingenua para entender que haya grupos de presión que dicen lo
contrario a lo obvio. Este es un tema de “la pureza con la inocencia”
que puede verse en muchas otras obras de Andersen.
EL NUEVO TRAJE DEL EMPERADOR.
Adaptación para teatro del cuento: "El nuevo traje del Emperador" de Hans Christian Andersen.El cuento de Hadas se ha adaptado
en forma lúdica, el lenguaje utilizado es actual y facilmente
entendible por los niños, los personajes se delitan en las situaciones
que se presentan de manera cómica y jocosa mostrando las paripecias del
emperador en su corte.La obra se ha presentado mas de 100 veces desde 2000, a diferentes públicos incluyendo jardines infantiles y grupos de primaria.
ARGUMENTO
Hace
muchos años vivía un rey que era comedido en todo excepto en una cosa:
se preocupaba mucho por su vestuario. Un día escuchó a dos charlatanes
decir que podían fabricar la tela más suave y delicada que pudiera
imaginar. Esta prenda, añadieron, además tenía la especial capacidad de
ser invisible para cualquiera estúpido o incapaz para su cargo. Por
supuesto, no había prenda alguna sino que los pícaros hacían que como
que trabajaban en la ropa, pero se quedaban ellos los ricos materiales
que solicitaban para
tal fin.
Sintiéndose
algo nervioso acerca de si él mismo sería capaz de ver la prenda o no,
el emperador envió primero a sus hombres de confianza a verlo.
Evidentemente, ninguno admitió que eran incapaces de ver la prenda y
comenzaron a alabar a la misma. Toda la ciudad había oído hablar del
fabuloso traje y estaba deseando comprobar cuán estúpido era su vecino.
Los
estafadores hicieron como que le ayudaban a ponerse la inexistente
prenda y el emperador salió con ella en un desfile sin admitir que era
demasiado inepto o estúpido como para poder verla.
Toda
la gente del pueblo alabó enfáticamente el traje temerosos de que sus
vecinos se dieran cuenta de que no podían verlo, hasta que un niño dijo:
“Pero si va desnudo”
La
gente empezó a cuchichear la frase hasta que toda la multitud gritó que
el emperador iba desnudo. El emperador lo escuchó y supo que tenían
razón, pero levantó la cabeza y terminó el desfile.
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